Tolerancia Institucional y Modelaje Social.

abrazoinfantil

Suele apreciarse con cada vez  más desparpajo, que a cada rato se suscitan escenas en las calles de Venezuela, en las que personas comunes y corrientes cometen actos flagrantes de delito y lo peor es, que quienes están investidos de autoridad policial, parecen actuar con indiferencia, esa actitud impropia de su condición lo que viene es a socavar las precarias bases de legitimidad que sustentan y justifican su acción y función de control social y de seguridad ciudadana, colocándose con ese tipo de actitud en una situación irremediablemente inmoral en su imprescindible labor.

El Estado y sus instituciones están concebidos históricamente como instancias que  deben velar en todo tiempo y momento por la reproducción de conductas ciudadanas que permitan la creación de un modelaje social, es ésta una misión constante del Estado en lo que viene a significar la consecución de su Proyecto Histórico de Nación.

Con ella no sólo se convoca la voluntad de todos sus ciudadanos, sino que además define las perspectivas y posibilidades de desarrollo común, de construcción conjunta y de valor social en las que esas voluntades no sólo apuntan sino que procuran accionar en pro de la preservación de valores sociales que propicien condiciones de reproducción y de retroalimentación  de ese modelaje social del que venimos hablando.

Esa gran verdad configuradora de una de las razones del Estado Moderno, es necesaria que la destaquemos como ciudadanos de éste país, ella nos compromete en nuestra labor diaria, en nuestro trabajo, se trata de la imposición por vía del testimonio y de la palabra dada, de convencer a nuestros conciudadanos de que si no exigimos esa acción por parte del Estado y de sus instituciones, estamos menospreciando el compromiso histórico para con la realidad de esta Venezuela de aquí y de ahora, por tanto tenemos que ser lo suficientemente críticos con estas indiferencias, con estas indolencias, con esta tolerancia institucional a la flagrancia, sólo por una conveniencia momentánea fundamentada en la fragilidad democrática que impregna la ruda polarización discursiva y política que se ha generado.

Esta impropia y terrible realidad, nos debe llevar a reflexionar acerca de ¿Cómo repensar este Estado en Venezuela y retomar el camino de la reproducción de valores ciudadanos?

Para ello es necesario que procuremos con nuestro accionar:

  1. La demanda por un Estado con mayor capacidad institucional, sin cansancio en esa exigencia.
  2. Un Estado con soluciones viables de cara a la ciudadanía, que comprometa la participación activa propia de las poblaciones de los estados modernos, en la que el ciudadano asume una condición actuante en la construcción de su destino.
  3. Un Estado con actitud presta a los procesos de rendición de cuenta, con la transparencia como principio fundamental de gestión, donde el ciudadano establezca patrones de control que permita la constatación de las realizaciones de aquel frente a sus necesidades y expectativas.
  4. Un Estado que simplemente …. funcione… para sus ciudadanos.

Esta aspiración, para nada romántica y mucho menos utópica, es la que cada ciudadano debe sentirse comprometido en reconocer, en formarse, en asumir insumos y cualidades propias del conocimiento acerca de sus derechos con las cuales, iniciar una lucha cívica, ciudadana y democrática que profundice las vinculaciones del ser y el hacer con la política fomentadora del bien colectivo, de aquello que es de todos y que pareciera no dolerle a nadie, es esa la invitación a vivir #ENSOCIEDAD.

 

Prof. Freddy Enrique Hermoso Herrada.

e-mail: fenriqueh@hotmail.com

twitter: @1ENSOCIEDAD

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Venezolano.
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